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lunes, 8 de agosto de 2011

Estracto de The Guardian

Aqui os dejo un estracto de "The Guardian" que saldrá el 2 de Noviembre de 2011.

Gracias a Dark Hunters España

Lydia caminaba en círculos por la sala, la cual ya se sabía de memoria cada detalle, hasta el diseño de las grietas en el suelo. Una vez había comido, empezó a andar, ya que tendría que estar allí horas y horas…
Si no sería todo el día.
La frustración hizo un nudo amargo en su garganta. ¿cómo podría…?
El aire se agitó detrás de ella.
Se dio la vuelta, lista para pelear.
El demonio finalmente estaba de vuelta. Pero algo andaba mal. El chacal dentro de ella podía sentirlo aunque él estuviera de pie allí tan orgulloso y feroz como había estado antes.
Tenso y nervioso, ella le esperó a hacer o decir algo…
Como ella, él no se movió, se evaluaron el uno al otro. El peso de su fría mirada de acero hizo que la recurriera un escalofrío…
¿Qué iba a hacer él?
Seth aguantó la respiración mientras debatía en silencio consigo mimo. Era una tontería estar aquí, herido. Él lo sabía.
Su habitación siempre había sido el único lugar en el infierno donde podía retirarse y donde estaba a salvo de todo el mundo excepto de Azure y Noir que no había manera de mantenerlos fuera.
Pero con ella aquí…
¿De qué estaba quejándose? Le insultaran sin que tener en cuenta. Al menos ella no tenía sus poderes. Había solo tanto dolor que ella podría darle. Como los demás…
No habría límites, sobre todo después de su reinversión.
La encarcelaría antes de que pasara, pero Noir le había drenado completamente. Él era tan débil ahora. Tan enfermo. Era asombroso que habría vuelto aquí.

No te dejes engañar. No te atrevas a mostrar una debilidad.
Se mantuvo firme en espíritu. Pero su cuerpo se negó a cooperar. Contra su voluntad, sus piernas cedieron y cayó al suelo con tanta fuerza, que le sorprendió que no se rompiera la piedra. Trató de mantenerse consciente. Para arrastrase hacia su cama.

Su cuerpo ni siquiera le concedería eso. Contra todo esfuerzo, se sumergió en la oscuridad.

Lydia dio un paso atrás mientras lo observaba tendido en el suelo como un montón de armadura de metal gigante. ¿Era un truco?

¿Por qué lo haría? ¿Qué podía ganar al caer frente a ella?

Sin embargo.... los demonios en Azmodea eran traicioneros. El mal… Uno nunca podía saber de qué maldad eran capaces.

Sin embargo, se arrastró hacia delante cautelosa, preparada para escaparse si él la agarrara.

No lo hizo.

No fue consciente hasta que se arrodilló de la sangre en su pelo, su armadura y en su rostro. Había sido golpeado. Con saña. No, salvajemente. Los golpes habían manchado el blanco y las líneas de su rostro, mostrándola que era maquillaje después de todo, y no su tono real de piel.

¿Qué debo hacer?

No había nadie para pedir ayuda. Y en el fondo de su mente estaba el temor de que si él moría, ella moriría también. Nadie sabía dónde estaba. Probablemente ni siquiera Solin.

Mierda.

¿Cómo fue tan mal herido? La respuesta era obvia, por algo tan letalmente feroz como él ya que no estaba consciente. Considerando lo que ella había visto de él, parecía ser una imposibilidad.

Alcanzó las hebillas de su armadura y comenzó a quitarle las piezas pesadas. Eran tan pesadas  como levantar planchas de plomo. ¿Cómo podía andar con ella y no caerse? No me extraña que fuera tan macizamente enorme. Tendría que apoyar todo esto.

Por debajo de la armadura llevaba un traje negro muy fino, acolchado, que debía ser para mantener apartado el metal de los golpes de su piel. Con cuidado, se lo desprendió para examinar sus heridas.

A medida que expuso su cuello, hizo un descubrimiento inesperado. Había un tatuaje de una golondrina curiosamente hermoso y multicolor. La cola del ave que comenzaba en el hueco de su garganta se abalanzaba a lo largo de su omóplato con alas que van desde poco más de su hombro derecho por encima de su pezón. Un pezón que tenía una cicatriz viciosa que lo marcaba como si alguien lo hubiera atravesado, y luego lo hubiera arrancado perforándolo. Se encogió al pensarlo.
En su mayor parte la golondrina era azul, pero sus alas eran también de color rojo, amarillo, verde y blanco. La cola del pájaro se dividía, y entre las dos plumas de la cola se veía lo que parecía ser un corazón roto de color rojo oscuro.

Qué extraño. Ese pájaro caprichoso no coincide con su personaje del mal, en absoluto.

Pero ella no tenía tiempo para contemplar eso ahora. Prosiguiendo su camino, descubrió una buena musculatura, en un cuerpo leonado, cuya absoluta perfección se echaba a perder una y otra vez por las innumerables cicatrices, cortes y contusiones que lo recorrían. Moratones que se extendían sobre otros moratones y cicatrices que se dividían entre sí. Se la anudo el estómago por la manifestación física de toda una vida de miseria. Por Dios ¿cuántas veces tendría que ser alguien golpeado para que se le hiciera esta cantidad de daño?

Honestamente, no podía elegir entre todas ellas la que le habría causado más dolor. Aunque una debajo de su barbilla parecía particularmente desagradable.

Incluso peor que las cicatrices viciosas, cortes irregulares y profundos verdugones dejados a fuerza de látigo. Eso debía ser lo que le había causado el colapso. Ella aspiró el aliento con fuerza. Alguien le había roto y por sus observaciones, habían disfrutado de ello. Vio las heridas defensivas en sus antebrazos donde había tratado de impedir a los latigazos golpear otras partes de su cuerpo y había fallado.

Es evidente que el demonio no estaba en la cima de la cadena alimenticia aquí. Plantea la cuestión de quién ha hecho esto con él.

 ¿Noir? ¿Azura?

¿Y por qué?
Sin respuestas, ella le quitó los pantalones cortos negros que llevaba bajo su armadura, acolchados. La recordaban a los pantalones cortos de ciclista que abrazaban sus caderas magras y musculados muslos.

Lydia trató de mantener la mirada fuera de la protuberancia que la dijo que sus músculos no eran la única parte de él que era enorme. Los dioses habían sido definitivamente amables con él en esa área.

Detente.

Pero era difícil. Tenía el tipo de cuerpo que una mujer no veía todos los días. De la clase con la que quería cubrirse y sólo sentir su calor contra su propia piel. Y mientras él fuera el mal, probablemente, en su corazón no podía negar el hecho de que estaba exquisitamente formado.
Devolvió la atención a su cabeza, donde la sangre se filtraba desde un corte desagradable justo por encima de su oreja izquierda. Todavía seguía inconsciente.

Y sangrando por todas partes. Ni siquiera podía empezar a catalogar todas sus heridas.

Su mirada cayó en el brazo donde ella lo había apuñalado. Había tantas heridas, no estaba segura de cuál era suya. Ese pensamiento la dio náuseas. No era de extrañar que no hubiera reaccionado. Lo más probable seria que lo hubiera apuñalado en uno de los moratones.

U otra herida.

Y aunque ella no fuera exactamente igual, ni confiara en nadie, no quería hacerles daño tampoco. No hasta él. La dolía que se hubiera añadido a sus daños y se odiaba por esa debilidad.

Este hijo de puta no había tomado ninguna piedad con Solin en absoluto. Así que ¿por qué la importaba?

Porque no soy un demonio sin alma como él.

El nudo en su estómago la reclamo compasión, se dirigió al baño a por una palangana de agua caliente a modo que ella pudiera limpiar y vendar sus heridas.
Los vendajes los tendría que rasgar de las sabanas de su cama.

Tomó algún tiempo, pero con mucho cuidado los limpió y envolvió. Una vez que había terminado con su cuerpo, tiró el agua, limpio la palangana y luego cogió más agua para poder atender las lesiones en su rostro y cabeza.

Cuando lavó el maquillaje áspero de sus rasgos, despacio, descubrió la verdad de su "demonio".

Era hermoso. Absolutamente impresionante.

No había otra palabra para ello. De rasgos casi femeninos, habría sido muy bonita como mujer, por la reducción rugosa de su mandíbula masculina y la agudeza de sus pómulos, los cuales estaban ocultos por el polvo y el crecimiento de un día de barba. No es de extrañar que llevara el maquillaje. Sería difícil aterrorizar a los demonios de este lugar como parecía que hizo, justamente cuando eras alto y rasgado como él lo era.

Antes de que ella se diera cuenta de lo que estaba haciendo, pasó un dedo sobre sus suaves labios, recordando lo bien que había sabido hasta... hizo una mueca al ver la marca donde ella le había mordido.

Obviamente, lo último que necesitaba había sido más dolor. Había pensado tontamente que él bromeaba cuando dijo hoy que no había tenido su labio partido.
"Lo siento", susurró, preguntándose si alguna vez habría tenido un momento de felicidad en toda su vida. Por la condición de su cuerpo, ella diría que no.

¿Cuánto tiempo habría vivido en este reino de los infiernos?

Un minuto sería demasiado largo.

Con su apretado nudo en la garganta, lavó la sangre de su pelo. Pelo que cayó
​​en una espiral castaña rojiza de rizos perfectos en el momento en que ella lo mojo. Por lo que no era liso, después de todo. Los rizos eran increíblemente suaves y encantadores como un muchacho, los cuales lo harían parecer una muñeca de colección. ¿Quién lo hubiera pensado?
Ahora que lo había expuesto y limpiado, lo único que daba miedo de él era lo perfectamente guapo que era.

Él sigue siendo el que torturó a Solin, su mente la recordó.

Cierto. Su aspecto no cambia sus acciones. No importa, él era su enemigo. Y, siempre seria así.

Si fueras lista, lo apuñalarías en el corazón y lo matarías mientras puedes.

Su cuchillo de la cena estaba a sólo a unos pocos metros.

¿Y si lo hiciera? Él la había dicho que no podía ser asesinado. No tenía ninguna razón para suponer que había estado mintiendo. Sus golpes y cicatrices, y el hecho de que aún respiraba, la decían que había sido honesto al respecto.

Además, incluso si ella lo mataba, todavía estaría atrapada aquí. Esto no cambiaría. Sin él, no tenía forma de salir y no había manera de comunicarse con nadie.

Él era su única esperanza de liberación.

Si pudiera hacer llegar un mensaje a alguien en el exterior. Pero cuanto más lo intentaba, más se sentía atrapada. ¿Qué iba a hacer?

Un frío espeluznante bajo por su espalda cuando observo su futuro y vio que no era bastante.

Por el momento, era mejor tolerar al demonio, sabía que los demás esperaban fuera de esta sala.
Traducción de Maikiniky, staff del Foro Dark Hunter

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