Portada de Retribution, de Sherrilyn Kenyon. Los protagonistas de esta novela son Sundown y Abigail y saldrá a la venta el próximo 2 de agosto!
Y aquí el capítulo 1!:
ESPAÑOL (Gracias a Mariana del Grupo “Soy Fan de Sherrilyn Kenyon”)
CAPÍTULO 1
Las Vegas, NV
-¿Cómo estás?
Abigail Yager apenas entendía esas palabras mientras el doctor se acercó a su cama, inyectándole una sustancia que podría, muy bien, ser letal. Pero si funcionaba, valdría la pena el riesgo. -¿Qué?
-¿Abby? ¿Puedes oírme?
Ella parpadeó lentamente y trató de concentrarse en la pregunta de Hannah. Todo estaba borroso. Aún así, ella podía ver la forma en que la luz jugaba en el cabello rubio de Hannah, y la preocupación en el rostro hermoso de su hermana pequeña. -Um ... sí.
Hannah maldijo.
-La estás matando. ¡Basta!
El médico no le hizo caso.
Hannah fue hacia él, pero antes de que pudiera llegar a su lado de la cama, su hermano mayor, Kurt le interceptó.
-¡Basta, Hannah!
-No sabemos lo que hará a ella. ¡Ella es humana!
Kurt negó con la cabeza.
-Ella lo Necesita. Si nos fortalece a nosotros, debe hacer lo mismo con ella. Además, es demasiado tarde. En este punto, la ayudará o la matará. Así de simple.
¿Podría haber menos gentileza en su tono de voz?
Hannah empujó a Kurt lejos de ella.
-Estoy avergonzada de ti. Después de todo lo que ella ha hecho por nosotros, todavía no la ves como otra cosa que solo un ser humano -ella regresó al lado de
Abigail y le tomó la mano. -Quédate conmigo, Abby. No me dejes solo con un imbécil insensible como único miembro de mi familia.
-¡Yo no soy un imbécil!
Hannah no le hizo caso.
-Necesito a mi hermana mayor. Vamos, chica. No me decepciones.
Abigail no podía seguir el airado intercambio en que estaban metidos ahora. Honestamente, lo único que escuchaba era el corazón que le latía en los oídos. Ella vio las imágenes de su pasado pasando por su mente como si estuvieran en un DVD. La vieja casa de dos pisos donde los tres habían crecido. De ella y Hannah pasándose mas allá de su hora de acostarse para chismear y reír acerca de su último enamoramiento de una celebridad.
Tantos buenos recuerdos de ese tiempo ...
Sus pensamientos se dirigieron a la madre, de Kurt y Hannah, y al padre que la había adoptado después de que sus propios padres habían sido masacrados. Ellos, también, había muerto hacía unos años de su maldición, y no había nada que no haría por sus hermanos adoptivos.
Y tú podrías estar pagando el precio más alto.
-Espera...
¿Fue esa la voz del médico?
El zumbido se hizo más fuerte cuando sintió romperse algo profundo dentro de su cuerpo. Arqueando la espalda, gritó como cada molécula parecía incendiarse.
-¿Qué pasa con ella?
-Saque su hermana fuera de aquí.
Abigail escuchó a Hannah protestando mientras Kurt la sacaba de la habitación y cerró la puerta detrás de ellos. Las lágrimas corrían por las comisuras de sus ojos. Ya no podía ver nada, y sin embargo ella lo vio todo. No había manera de describirlo. Era como si hubiera un espejo para el mundo.
-Respira -dijo el doctor en voz baja-. Sólo respira. Yo no voy a dejar que te mueras.
Eso era más fácil decirlo que hacerlo. El dolor laceraba su cuerpo. Era como si ella se estaba quemando desde adentro hacia afuera.
Incapaz de soportarlo, gritó hasta que pudo aguantar más. Eso fue todo. A pesar de lo que él dijo, ella se estaba muriendo. Tenía que ser. Seguramente nadie podría soportar tanto dolor y vivir. No había manera de que sobreviviera.
De hecho, se sentía la oscuridad viniendo por ella. La estaba tragando por completo. Pedazo por pedazo. Fragmentándola por completo.
Volvió la cabeza de lado a lado, tratando de respirar. Algo tenía sus manos en la garganta, ahogándola.
¿Era el médico?
Ella no podía concentrarse. No podía ver.
-¡Alto! -su grito resonó en sus oídos.
Luego, tan rápidamente como había venido, el dolor la dejó como un pájaro que acaba de volar hacia el cielo sin ninguna razón. Se había ido.
Ahora, tenía la garganta tan seca. Ella inclinó la cabeza para la encontrar mirada del médico. La preocupación estaba grabada su frente mientras se bajaba la máscara en su rostro.
-¿Cómo te sientes? -mostró sólo un pedacito pequeño de sus colmillos al hablar. Algo más destelló. Un recuerdo que se había ido tan rápido, no lo podía entender.
¿Era importante?
-Necesito agua -gruñó ella.
-¿No se le antoja algo más?
-Sí -suspiró ella.
-¿Qué?
Abigail se lamió los labios como el recuerdo de la muerte de sus padres biológicos le quemaba. Incluso después de tantos años, la memoria era perfectamente intacto como si hubiera sucedido ayer.
Apenas cuatro años y vestida con su pijama rojo de Plaza Sésamo, se había escondido debajo de la cama mientras el hombre que sus padres habían llamado a un amigo, los mataba sin piedad con una escopeta. Esos sonidos terriblemente violentos fueron grabadas para siempre en su cerebro. De dónde ella había
estado, vio las botas negras de vaquero del hombre que habían chillado con el piso, mientras buscaba en su cuarto. Aterrorizada, ella lo vio la pista de sangre por todo su alfombra rosa princesa. Se había metido su osito de peluche favorito a la boca y lo mordió duro para no gritar y traicionar a su ubicación. Él se detuvo antes de su cómoda y ahí en el espejo, había visto su rostro con tanta claridad. Tan perfectamente.
Y al oír los pasos pesados salir de su casa, ella había jurado una cosa.
Encontrar a ese hombre y asesinarlo tan brutalmente como él había matado a sus padres. Para que le piden una misericordia que no tenía intención de darle.
La venganza sería suya...
-¿Abigail? -el médico la obligó a mirarlo-. ¿Qué más se le antoja?
-La garganta de Sundown Brady.
EN INGLÉSChapter 1
Las Vegas, NV
"How are you doing?"
Abigail Yager barely understood those words as the doctor stood over her bed, injecting her with a substance that could very well be lethal. But if it worked, it would be worth the risk. "What?"
"Abby? Can you hear me?"
She blinked slowly and tried to focus on Hannah's question. Everything was blurry. Even so, she could see the way the light played in Hannah's blond hair, and the concern on her little sister's beautiful face. "Um... yeah."
Hannah cursed. "You're killing her. Stop!"
The doctor didn't listen.
Hannah started for him, but before she could reach his side of the bed, her older brother Kurt intercepted her. "Stop it, Hannah."
"We don't know what that will do to her. She's human!"
Kurt shook his head. "She needs it. If it strengthens us, it should do the same with her. Besides, it's too late. At this point it'll either help her or she's dead. Plain and simple."
Could there be any less care in his tone?
Hannah shoved Kurt away. "I'm ashamed of you. After all she's done for us, you still see her as nothing but a human." She returned to Abigail's side and took her hand. "Stay with me, Abby. Don't leave me alone with an insensitive prick as the only member of my family."
"I'm not a prick!"
Hannah ignored him. "I need my big sis. C'mon, girl. Don't let me down."
Abigail couldn't really follow the angry exchange they were now engaged in. Honestly, all she heard was her heart pounding in her ears. She saw images of her past playing through her mind as if they were on a DVD. The old two-story house where the three of them had grown up. Of her and Hannah sneaking up past their bedtime to whisper and giggle about their latest celebrity crushes.
So many happy memories of that time...
Her thoughts turned to Kurt and Hannah's mother and father who'd taken her in after her own parents had been slaughtered. They, too, had died a few years ago from their curse, and there was nothing she wouldn't do for her adoptive siblings.
And you just might be paying the ultimate price.
"Wait..."
Was that the doctor's voice?
The thrumming grew louder as she felt something shatter deep within her body. Arching her back, she screamed as every molecule seemed to catch fire.
"What's happening to her?
"Get your sister out of here."
Abigail heard Hannah protesting as Kurt jerked her from the room and slammed the door behind them. Tears streamed from the corners of her eyes. She could no longer see anything, and yet she saw everything. There was no way to describe it. It was as if she had a mirror to the world.
"Breathe," the doctor whispered. "Just breathe. I'm not about to let you die."
That was easier said than done. Pain lacerated her body. It was as if she was burning from the inside out.
Unable to stand it, she screamed until she could stand no more. This was it. In spite of what he said, she was dying. She had to be. Surely no one could withstand this much pain and live. There was no way she'd survive.
n fact, she felt the darkness coming for her. It was swallowing her whole. Piece by piece. Shredding her completely.
He turned her head from side to side, trying to breathe. Something had its hands on her throat, choking her.
Was it the doctor?
She couldn't focus. Couldn't see.
"Stop!" Her cry echoed in her ears.
Then as quickly as it'd come, the pain left her- like a bird that just shot skyward for no reason. It was gone.
Her throat was so dry now. She tilted her head to meet the doctor's gaze. Concern etched his brow as he lowered the mask on his face.
"How do you feel?" There was only the smallest bit of his fangs showing as he spoke. Something else flashed. A memory of him that was gone so fast, she couldn't grasp it.
Was it important?
"I need water," she rasped.
"Do you crave anything else?"
"Yes," she breathed.
What?"
Abigail licked her lips as the memory of her birth parents' deaths seared her. Even all these years later, the memory was perfectly intact as if it'd only happened yesterday.
Barely four years old and dressed in her red Sesame Street pajamas, she'd hidden under the bed while the man her parents had called a friend had mercilessly slaughtered them with a shotgun. Those horrendously violent sounds were forever etched in her brain. From where she'd been, she'd seen the man's black cowboy boots that had caused the floorboards in her room to squeak while he searched her room. Terrified, she'd watched him track blood all over her pink princess rug. She'd held her favorite teddy bear to her mouth and bit him hard to keep from crying out and betraying her location. He'd paused before her dresser and there in the mirror she'd seen his face so clearly. So perfectly.
And as she heard those heavy footsteps leave her home, she'd sworn one thing.
To find that man and kill him as brutally as he'd killed her parents. To make him beg for a mercy she had no intention of giving him.
Retribution would be hers...
"Abigail?" The doctor forced her to look at him. "What else do you crave?"
The throat of Sundown Brady."
Que interesante! ya tengo ganas de leerlo jeje
No hay comentarios:
Publicar un comentario