CAPÍTULO 2
Gracias a Mariana del Grupo “Soy Fan de Sherrilyn Kenyon”
"Aguien está matando Dark Hunters."
Jess Brady miró mal a su escudero, Andy, quien irrumpió en la ridículamente enorme cocina, jadeando y resoplando, con su oscuro cabello en puntas como si el muchacho hubiera estado peleándose con él - un hábito que tenía Andy cuando estaba completamente estresado.
Mucho menos que entusiasmado, especialmente porque recién se había levantado, Jess sopló sobre su café caliente. "Calmate, cachorro. Todavía no tomé mi cafeína." Y él no era una persona a la que le gustara la mañana, aunque sus mañanas eran lo que la mayoría de las personas llamaban el atardecer.
Aún asi el muchacho estaba nervioso como una yegua cerca de una serpiente. Alguna vez había estado tan nervioso como ahora?
La respuesta lo sorprendió y no hizo nada para mejorar su irritabilidad. Jess rápidamente desvió sus pensamientos de ese recuerdo y se enfocó en el chico que había conocido desde el día que Andy nació.The answer hit him hard in the chest and did nothing to improve his irritability.
Aunque Andy se acercaba a los 30 ahora, el era tan exaltado como ninguna persona que Jess hubiese conocido antes. En esos momentos, el extrañana la tranqulidad del padre de Andy. Nada perturbaba a ese hombre.
Ni siquiera la vez que había aterrizado en un nido de escorpiones.
"Sundown...no entendés.Es..."
El alzó su mano para cortar al muchacho en la mitad de la oración. "Lo entiendo, niño. En el caso que no lo hayas notado, los Dark-Hunters estamos en casi tantos "menúes" como lo están los humanos. Tener algo que esté intentando matarnos es casi normal.Ahora, por qué estás más nervioso que un cura en una casa de putas?"
"Estoy tratando de decirte." Andy hizo un gesto hacia la puera como esperando que el hombre de la bolsa entrara de prepo. "Hay un humano allá afuera que está matando a los Dark Hunters, y alguien necesita detenerlo."
Jess tomó un sorbo de su bebida con lentitud antes de hablar. Ah si, eso dio en el clavo. Lo que es más, el estaba tan cerca de la humanidad como un muerto podía estarlo. "Bueno, eso es directamente una grosería."
Todo lo que ese comentario hizo fue frustrar más a Andy. "Creo que no entiendes lo que estoy tratando de decirte."
Jess se rascó la barba. "Y mi mamá ahogaba a los que salían tontos. Escucho todo lo que me estás diciendo. Hay un grupo de Buffys pensando que somos los chicos malos. No es mi primer rodeo, cachorro. Ha estado pasando por tanto tiempo, que los llamaban Van Helsings antes de que tu padre fuera un destello en los ojos de tu abuelo. Gracias a Hollywood y a Brahm Stocker por ello. No es como si ser un no muerto no apestara. Lo hicieron peor para nosotros dándole al mundo una pista de que existimos. Ahora cada gótico con sed de inmortalidad nos busca, y nos ruega que lo mordamos y lo convirtamos. Alguna vez te dije sobre la vez que-?"
"Sundown," Andy lo interrumpió. "yo-"
Necesitaás bajar ese tonito, chico. Acordate, yo solía matar gente para vivir, y no estoy lo suficientemente despierto como para tener mucha tolerancia ahora. Calmate antes de que me olvide que supuestamente me caes bien."
Andy dejó escapar un largo suspiro. "Bien, pero contestame esto."
Diablos, cúando el chico se había transformado en El Acertijo? Tendría que haber apagado la tele cuando Andy miraba a Batman de pequeño.
"Alguno de esos humanos en el pasado se enfrentó a ustedes con un séquito de Daimons"?
Ahora eso llamó su atención. Mientras que no era inusual para los Daimons usar a humanos como sirvientes o herramientas de vez en cuando, no era normal para ellos obedecer a uno.
Jess apoyó su café en el mostrador de acero inoxidable. "Qué dijiste?"
"Si...este humano viaja con un grupo de Daimons, y ha estado eliminando a cada DH que pudieran encontrar. Ella ha matado a tres aqui y otros cuatro en Arizona y Oklahoma."
Jess se tomó un minuto para digerir esto. "Cómo te enterasde de esto?"
"Me contactó Tawny, quién obtuvo la información de su madre." Ahora, para muchos eso sonaría bizarro. Pero como Andy, Tawny era una escudera que venía de generaciones de escuderos. Unos cuantos miles de años atrás, la red de escuderos fue conformada para proveer una " coartada " para los DH nocturnos durante las horas del día cuando ellos dormían. Los escuderos los ayudaban a pasar como humanos, y mas importante, los escuderos escondían su existencia del resto del mundo y cuidaban de sus necesidades diarias para que ellos pudieran concentrarse en su trabajo. Matar a los Daimons y liberar a las almas humanas que ellos habían tomado antes de que murieran y se perdieran para siempre.
Pero la mejor parte de los escuderos era que algunos de ellos eran Oráculos que hablaban directamente con los Dioses y conseguían información de ellos que los Dark Hunters podían usar para rastrear y matar Daimons.
La madre de Tawny era un oráculo.
Decifrar lo que los Dioses decían, sin embargo, era todo un trabajo.
Jess se apoyó en el mostrador de la cocina y cruzó sus brazos sobre su pecho. "Dime exactamente que fue lo que dijo su madre."
" Ella dijo que hay más de un viento maligno en camino y que deberías cuidarte las espaldas. Lionel no falló en llegar a su casa antes del amanecer. El fue asesinado y su asesino, el humano que lidera a los Daimons, estuvo en caceria de los de su clase."
Lionel era otro Dark Hunter que había sido asignado a Las Vegas. El habia muerto tres noches atrás, después de no poder llegar a cubrirse antes de que saliera el sol - al menos eso fue lo que les habían dicho. La inmortalidad tiene su precio, y mientras las cosas que podían matarlos eran pocas, ellas constituían una fea manera de morir
Jess pasó su pulgar por su ceja. " Y los Dioses hablaron lo dijeron tan simplemente?."
Jess Brady miró mal a su escudero, Andy, quien irrumpió en la ridículamente enorme cocina, jadeando y resoplando, con su oscuro cabello en puntas como si el muchacho hubiera estado peleándose con él - un hábito que tenía Andy cuando estaba completamente estresado.
Mucho menos que entusiasmado, especialmente porque recién se había levantado, Jess sopló sobre su café caliente. "Calmate, cachorro. Todavía no tomé mi cafeína." Y él no era una persona a la que le gustara la mañana, aunque sus mañanas eran lo que la mayoría de las personas llamaban el atardecer.
Aún asi el muchacho estaba nervioso como una yegua cerca de una serpiente. Alguna vez había estado tan nervioso como ahora?
La respuesta lo sorprendió y no hizo nada para mejorar su irritabilidad. Jess rápidamente desvió sus pensamientos de ese recuerdo y se enfocó en el chico que había conocido desde el día que Andy nació.The answer hit him hard in the chest and did nothing to improve his irritability.
Aunque Andy se acercaba a los 30 ahora, el era tan exaltado como ninguna persona que Jess hubiese conocido antes. En esos momentos, el extrañana la tranqulidad del padre de Andy. Nada perturbaba a ese hombre.
Ni siquiera la vez que había aterrizado en un nido de escorpiones.
"Sundown...no entendés.Es..."
El alzó su mano para cortar al muchacho en la mitad de la oración. "Lo entiendo, niño. En el caso que no lo hayas notado, los Dark-Hunters estamos en casi tantos "menúes" como lo están los humanos. Tener algo que esté intentando matarnos es casi normal.Ahora, por qué estás más nervioso que un cura en una casa de putas?"
"Estoy tratando de decirte." Andy hizo un gesto hacia la puera como esperando que el hombre de la bolsa entrara de prepo. "Hay un humano allá afuera que está matando a los Dark Hunters, y alguien necesita detenerlo."
Jess tomó un sorbo de su bebida con lentitud antes de hablar. Ah si, eso dio en el clavo. Lo que es más, el estaba tan cerca de la humanidad como un muerto podía estarlo. "Bueno, eso es directamente una grosería."
Todo lo que ese comentario hizo fue frustrar más a Andy. "Creo que no entiendes lo que estoy tratando de decirte."
Jess se rascó la barba. "Y mi mamá ahogaba a los que salían tontos. Escucho todo lo que me estás diciendo. Hay un grupo de Buffys pensando que somos los chicos malos. No es mi primer rodeo, cachorro. Ha estado pasando por tanto tiempo, que los llamaban Van Helsings antes de que tu padre fuera un destello en los ojos de tu abuelo. Gracias a Hollywood y a Brahm Stocker por ello. No es como si ser un no muerto no apestara. Lo hicieron peor para nosotros dándole al mundo una pista de que existimos. Ahora cada gótico con sed de inmortalidad nos busca, y nos ruega que lo mordamos y lo convirtamos. Alguna vez te dije sobre la vez que-?"
"Sundown," Andy lo interrumpió. "yo-"
Necesitaás bajar ese tonito, chico. Acordate, yo solía matar gente para vivir, y no estoy lo suficientemente despierto como para tener mucha tolerancia ahora. Calmate antes de que me olvide que supuestamente me caes bien."
Andy dejó escapar un largo suspiro. "Bien, pero contestame esto."
Diablos, cúando el chico se había transformado en El Acertijo? Tendría que haber apagado la tele cuando Andy miraba a Batman de pequeño.
"Alguno de esos humanos en el pasado se enfrentó a ustedes con un séquito de Daimons"?
Ahora eso llamó su atención. Mientras que no era inusual para los Daimons usar a humanos como sirvientes o herramientas de vez en cuando, no era normal para ellos obedecer a uno.
Jess apoyó su café en el mostrador de acero inoxidable. "Qué dijiste?"
"Si...este humano viaja con un grupo de Daimons, y ha estado eliminando a cada DH que pudieran encontrar. Ella ha matado a tres aqui y otros cuatro en Arizona y Oklahoma."
Jess se tomó un minuto para digerir esto. "Cómo te enterasde de esto?"
"Me contactó Tawny, quién obtuvo la información de su madre." Ahora, para muchos eso sonaría bizarro. Pero como Andy, Tawny era una escudera que venía de generaciones de escuderos. Unos cuantos miles de años atrás, la red de escuderos fue conformada para proveer una " coartada " para los DH nocturnos durante las horas del día cuando ellos dormían. Los escuderos los ayudaban a pasar como humanos, y mas importante, los escuderos escondían su existencia del resto del mundo y cuidaban de sus necesidades diarias para que ellos pudieran concentrarse en su trabajo. Matar a los Daimons y liberar a las almas humanas que ellos habían tomado antes de que murieran y se perdieran para siempre.
Pero la mejor parte de los escuderos era que algunos de ellos eran Oráculos que hablaban directamente con los Dioses y conseguían información de ellos que los Dark Hunters podían usar para rastrear y matar Daimons.
La madre de Tawny era un oráculo.
Decifrar lo que los Dioses decían, sin embargo, era todo un trabajo.
Jess se apoyó en el mostrador de la cocina y cruzó sus brazos sobre su pecho. "Dime exactamente que fue lo que dijo su madre."
" Ella dijo que hay más de un viento maligno en camino y que deberías cuidarte las espaldas. Lionel no falló en llegar a su casa antes del amanecer. El fue asesinado y su asesino, el humano que lidera a los Daimons, estuvo en caceria de los de su clase."
Lionel era otro Dark Hunter que había sido asignado a Las Vegas. El habia muerto tres noches atrás, después de no poder llegar a cubrirse antes de que saliera el sol - al menos eso fue lo que les habían dicho. La inmortalidad tiene su precio, y mientras las cosas que podían matarlos eran pocas, ellas constituían una fea manera de morir
Jess pasó su pulgar por su ceja. " Y los Dioses hablaron lo dijeron tan simplemente?."
Andy evadió una respuesta directa. "Bueno...no exactamente. Sabes como son."
Si, ellos siempre hablaban en acertijos que eran más difíciles de destrabar que una cobra de dos cabezas. "Entonces cómo-?"
Les ha tomado días descifrarlo, pero ella jura que tiene razón y que necesitas cubrirte las espaldas."
Eso, lo había estado haciendo desde que la diosa Artemisa lo volvió a la vida. Bart fue su tutor en guardarse las espaldas desde todos los ángulos de su cuerpo y mantenerse alerta sin importa que o quien. Jess no iba a ser una víctima nunca más.
"Andy-"
"No me digas ´Andy´. Yo le creo. Ella es uno de los mejores oráculos que hemos tenido."
El tenía razón en eso, pero...
"Todos cometemos errores." Y Jess había cometido más errores de los que podía contar.
Un tic era visible en la mandíbula de Andy. Era obvio que el quería estrangular a Jess, pero era lo suficientemente sabio como para intentarlo.
"Bien", dijo, finalmente cediendo en el asunto. "Como quieras. Sos vos al que buscan, así que no es mi problema. Hay muchos otros Dark Hunters para los que trabajar. Ellos son probablemente menos irritantes." Luego cambió de tema completamente. "Reparé tu rastreador y teléfono." El le alcanzó el Iphone a Jess. "Tratá de no mojarlo esta noche."
"No es mi culpa que el Daimon que estaba persiguiendo decidiera correr a través de una fuente." La peor parte de vivir en las Vegas, había enormes fuentes por todo el lugar, y por alguna razón, los Daimons parecían pensar que los dark hunter eran alérgicos al agua. O quizás era su forma de romperles las bolas antes de matarlos.
Andy ignoró su comentario. "Mamá te dejó algunas de sus galletas de avena. Están en el frasco cerca de la pileta para lavar." El señaló el contenedor que se veía como un vagón de tren, lo cual parecía realmente fuera de lougar en la cocina de calidad comercial que estaba diseñada para darle de comer a un regimiento.
La idea de esas galletitas le levantó el ánimo. Cecilia hacpia las mejores galletitas del mundo. Eso era lo que más extrañaba del padre de Andy cuando trabajaba con él. Cecilia solía tener una tanda fresca enfriándose en el horno cada noche cuando el bajaba a tomar su café.
Andy continuó con su reporte. "Fui a buscar la ropa limpia a la lavandería y la colgué en tu armario. Chequié con la compañía, y tus caballos serán transportados aquí la semana que viene desde tu rancho, así ya podés dejar de hacer pucheros cada vez que pasás al lado de las sillas de montar."
Wow, el no tenía idea que había hecho tal cosa. Hun...tendría que vigilar sus propias expresiones. Odiaba ser tan obvio.
Andy hizo un gesto hacia la puerta. "Las botas que ordenaste están en una caja en la mesa del hall, al igual que los cuchillos para lanzas que Kell envió para reemplazar los que rompiste la otra noche. No pude conseguir que arreglaran tu sombrero Stetson, así que ordené uno nuevo. Tu moto tiene el tanque lleno, y Sin ofreció estacionamiento gratis en su casino mientras cazas. El hará que sus empleados dejen la moto estacionada el frente para que puedas llevártela cuando quieras volver a tu casa, y si quedas atrapado en la ciudad y no puedes volver antes del amanecer, puedes meterte en uno de sus cuartos- Ellos tendrán una llave lista con el conserje a tu nombre, hay algo más que necesites?"
Esta era la mejor parte de Andy. Así como su padre, era tan eficiente como el contador del diablo. "No. No se me ocurre más nada."
"Bueno. Tendré mi celular encendido si necesitás algo." El chico siempre decía eso.
Jess se movió hacia las galletitas. "Buenas Noches."
Andy movió la cabeza en aprobación antes de ir hacia la puerta. El hizo una pausa como si quisiera decir algo más-luego rápidamente salió para encaminarse a su departamento arriba del garage. Por alguna razón, cuando el chicos se fue, Jess tuvo la imagen de Andy como un niño pequeño que corría tras su padre. Aún podía ver las mejillas regordetas de Andy, sus ojos grandes y su cara llena de pecas. Escucharlo preguntar con ese tono infantil si Jess podía enseñarle a andar a caballo, y luego levantando al chico del piso la primera vez que Andy se cayó de un Pony Shetland que él le había comprado. El pequeño molesto se había levantado, sacudido el polvo, y luego se había subido nuevamente a la silla como un buen chico.
Ahora ese pequeño niño era un hombre, de edad más grande que Jess.
Esa era la parte más dura de ser inmortal. Ver envejecer y morir a la gente que quería mientras el no cambiaba. Y justo como con Andy, el había conocido al padre del chico desde que Ed había nacido. La familia Taylor habían sido sus escuderos desde el comienzo de sus días como Dark-Hunter.
Aún así, el mantenía una pared entre el y ellos. Nunca dejaba que se acercaran demasiado. Al menos no hasta que llegó Andy. El no supo por qué, pero ese pequeño bribón había atravesado sus defensas. En muchas maneras, Andy era como su hijo.
Sólo había habido una persona además de Andy en su larga vida por la que Jess también se había sentido así.
Hizo una mueca de dolor al recordar algo que desearia poder deshacer.
Dolorido con remordimientos y congoja, Jess sacó el rejoj de su bolsillo para mirar la hora. En el momento que lo abrió, hizo una pausa para mirar la cara de Matilda en la gastada fotografía color sepia que había mantenido dentro de su reloj desde el día en que había renacido. Sin importar cuantos años habían pasado, el todavía se lamentaba por su muerte.
Esa había sido la única cosas que realmente odiaba se su renacimiento. Saber que ella estaba viva y no ser capaz de verla. Los Dark Hunters tenían prohibido tener familias, y ellos no debían dejar que nadie de su pasado supiera que ellos habían vuelvo a la vida. Era parte de lo que habían jurado cuando Artemisa los creó.
Aún asi, el había mantenido al tanto de su vida y se había hecho cargo de que no le faltara nada. Ella se había casado y había tenido seis hijos. Sin él.
Hasta el día en que murió, ella nunca conoció a su benefactor. Los escuderos le dijeron que era un fondo fiduciario que había creado un tío distante que había muerto y se lo había dejado a ella. Ella nunca supo que el dinero venía de un pacto que él había hecho con una diosa para hacer un contrapeso a los daimonsn y que ninguna cantidad de violencia podía hacer menguar.
A veces estar muerto, no era suficiente.
Con su garganta cerrada, el guardó su reloj, No tenía sentido pensar en lo que pudo haber sido. El había hecho lo que tenía que hacer. Matilda probablemente había estado mejor así, sin el, de todas formas. Tarde o temprano, su pasado habría vuelto a buscarle y el resultado de ello habría sido el mismo.
Al menos esa era la mentira que se decía a si mismo para poder soportarlo. Pero en sus adentros, el sabía la verdad. Nadie podría haberla amado más que él.
Más de lo que la seguía amando.
"Te extraño, Tilly."
Siempre la extrañaría. Nadie más volvería a hacerlo sentir de esta manera.
Que tenía valor.
Puteando, el apretó sus labios, sus pensamientos llenos de melancolía. "Me estoy convirtiendo en una anciana. Quizás debería empezar a tejer y quejarme de las telenovelas, el precio de la nafta, y los conductores groseros."
Pero ese no era Sundown Brady.
Solamente estaba matando el tiempo, y estaba con ganas de bañarse con sangre esta noche.
Si, ellos siempre hablaban en acertijos que eran más difíciles de destrabar que una cobra de dos cabezas. "Entonces cómo-?"
Les ha tomado días descifrarlo, pero ella jura que tiene razón y que necesitas cubrirte las espaldas."
Eso, lo había estado haciendo desde que la diosa Artemisa lo volvió a la vida. Bart fue su tutor en guardarse las espaldas desde todos los ángulos de su cuerpo y mantenerse alerta sin importa que o quien. Jess no iba a ser una víctima nunca más.
"Andy-"
"No me digas ´Andy´. Yo le creo. Ella es uno de los mejores oráculos que hemos tenido."
El tenía razón en eso, pero...
"Todos cometemos errores." Y Jess había cometido más errores de los que podía contar.
Un tic era visible en la mandíbula de Andy. Era obvio que el quería estrangular a Jess, pero era lo suficientemente sabio como para intentarlo.
"Bien", dijo, finalmente cediendo en el asunto. "Como quieras. Sos vos al que buscan, así que no es mi problema. Hay muchos otros Dark Hunters para los que trabajar. Ellos son probablemente menos irritantes." Luego cambió de tema completamente. "Reparé tu rastreador y teléfono." El le alcanzó el Iphone a Jess. "Tratá de no mojarlo esta noche."
"No es mi culpa que el Daimon que estaba persiguiendo decidiera correr a través de una fuente." La peor parte de vivir en las Vegas, había enormes fuentes por todo el lugar, y por alguna razón, los Daimons parecían pensar que los dark hunter eran alérgicos al agua. O quizás era su forma de romperles las bolas antes de matarlos.
Andy ignoró su comentario. "Mamá te dejó algunas de sus galletas de avena. Están en el frasco cerca de la pileta para lavar." El señaló el contenedor que se veía como un vagón de tren, lo cual parecía realmente fuera de lougar en la cocina de calidad comercial que estaba diseñada para darle de comer a un regimiento.
La idea de esas galletitas le levantó el ánimo. Cecilia hacpia las mejores galletitas del mundo. Eso era lo que más extrañaba del padre de Andy cuando trabajaba con él. Cecilia solía tener una tanda fresca enfriándose en el horno cada noche cuando el bajaba a tomar su café.
Andy continuó con su reporte. "Fui a buscar la ropa limpia a la lavandería y la colgué en tu armario. Chequié con la compañía, y tus caballos serán transportados aquí la semana que viene desde tu rancho, así ya podés dejar de hacer pucheros cada vez que pasás al lado de las sillas de montar."
Wow, el no tenía idea que había hecho tal cosa. Hun...tendría que vigilar sus propias expresiones. Odiaba ser tan obvio.
Andy hizo un gesto hacia la puerta. "Las botas que ordenaste están en una caja en la mesa del hall, al igual que los cuchillos para lanzas que Kell envió para reemplazar los que rompiste la otra noche. No pude conseguir que arreglaran tu sombrero Stetson, así que ordené uno nuevo. Tu moto tiene el tanque lleno, y Sin ofreció estacionamiento gratis en su casino mientras cazas. El hará que sus empleados dejen la moto estacionada el frente para que puedas llevártela cuando quieras volver a tu casa, y si quedas atrapado en la ciudad y no puedes volver antes del amanecer, puedes meterte en uno de sus cuartos- Ellos tendrán una llave lista con el conserje a tu nombre, hay algo más que necesites?"
Esta era la mejor parte de Andy. Así como su padre, era tan eficiente como el contador del diablo. "No. No se me ocurre más nada."
"Bueno. Tendré mi celular encendido si necesitás algo." El chico siempre decía eso.
Jess se movió hacia las galletitas. "Buenas Noches."
Andy movió la cabeza en aprobación antes de ir hacia la puerta. El hizo una pausa como si quisiera decir algo más-luego rápidamente salió para encaminarse a su departamento arriba del garage. Por alguna razón, cuando el chicos se fue, Jess tuvo la imagen de Andy como un niño pequeño que corría tras su padre. Aún podía ver las mejillas regordetas de Andy, sus ojos grandes y su cara llena de pecas. Escucharlo preguntar con ese tono infantil si Jess podía enseñarle a andar a caballo, y luego levantando al chico del piso la primera vez que Andy se cayó de un Pony Shetland que él le había comprado. El pequeño molesto se había levantado, sacudido el polvo, y luego se había subido nuevamente a la silla como un buen chico.
Ahora ese pequeño niño era un hombre, de edad más grande que Jess.
Esa era la parte más dura de ser inmortal. Ver envejecer y morir a la gente que quería mientras el no cambiaba. Y justo como con Andy, el había conocido al padre del chico desde que Ed había nacido. La familia Taylor habían sido sus escuderos desde el comienzo de sus días como Dark-Hunter.
Aún así, el mantenía una pared entre el y ellos. Nunca dejaba que se acercaran demasiado. Al menos no hasta que llegó Andy. El no supo por qué, pero ese pequeño bribón había atravesado sus defensas. En muchas maneras, Andy era como su hijo.
Sólo había habido una persona además de Andy en su larga vida por la que Jess también se había sentido así.
Hizo una mueca de dolor al recordar algo que desearia poder deshacer.
Dolorido con remordimientos y congoja, Jess sacó el rejoj de su bolsillo para mirar la hora. En el momento que lo abrió, hizo una pausa para mirar la cara de Matilda en la gastada fotografía color sepia que había mantenido dentro de su reloj desde el día en que había renacido. Sin importar cuantos años habían pasado, el todavía se lamentaba por su muerte.
Esa había sido la única cosas que realmente odiaba se su renacimiento. Saber que ella estaba viva y no ser capaz de verla. Los Dark Hunters tenían prohibido tener familias, y ellos no debían dejar que nadie de su pasado supiera que ellos habían vuelvo a la vida. Era parte de lo que habían jurado cuando Artemisa los creó.
Aún asi, el había mantenido al tanto de su vida y se había hecho cargo de que no le faltara nada. Ella se había casado y había tenido seis hijos. Sin él.
Hasta el día en que murió, ella nunca conoció a su benefactor. Los escuderos le dijeron que era un fondo fiduciario que había creado un tío distante que había muerto y se lo había dejado a ella. Ella nunca supo que el dinero venía de un pacto que él había hecho con una diosa para hacer un contrapeso a los daimonsn y que ninguna cantidad de violencia podía hacer menguar.
A veces estar muerto, no era suficiente.
Con su garganta cerrada, el guardó su reloj, No tenía sentido pensar en lo que pudo haber sido. El había hecho lo que tenía que hacer. Matilda probablemente había estado mejor así, sin el, de todas formas. Tarde o temprano, su pasado habría vuelto a buscarle y el resultado de ello habría sido el mismo.
Al menos esa era la mentira que se decía a si mismo para poder soportarlo. Pero en sus adentros, el sabía la verdad. Nadie podría haberla amado más que él.
Más de lo que la seguía amando.
"Te extraño, Tilly."
Siempre la extrañaría. Nadie más volvería a hacerlo sentir de esta manera.
Que tenía valor.
Puteando, el apretó sus labios, sus pensamientos llenos de melancolía. "Me estoy convirtiendo en una anciana. Quizás debería empezar a tejer y quejarme de las telenovelas, el precio de la nafta, y los conductores groseros."
Pero ese no era Sundown Brady.
Solamente estaba matando el tiempo, y estaba con ganas de bañarse con sangre esta noche.
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