Capitulo 1
Cuando la mayoría de los hombres decían que su novia los
quería matar, era una tremenda exageración o extrema paranoia. En el caso de
Nicholas Gautier, era una brutal y cruda realidad. Tan dura como una piedra.
Especialmente porque la advertencia de que su chica era una asesina enviada a
matarlo provenía de la misma muerte. La única criatura que estaría mejor
capacitada para reconocer a un asesino... como decía ese viejo dicho, uno no
discute con la muerte.
Aturdido y entumecido
frente a esa bomba inesperada, Nick volvió su atención a Nekoda Kennedy
mientras se sentaba en su clase de química al lado del mejor amigo de Nick,
Caleb Malphas. Por primera vez su ajustado pulover color crema no le hizo
perder la cabeza. Tampoco la brillante sonrisa en sus labios. Labios que
atraían su atención y momentáneamente distraían sus pensamientos... Si, bueno,
realmente era preciosa, desde su cabello castaño, suave y brillante hasta la
punta de sus botas de cuero rosas. Y que no lo hicieran pensar en sus verdes,
verdes ojos que contenían un fuego tan brillante, que quemaba. Pero un hombre
debía tener criterio, y no ser asesinado po su chica era definitivamente tener
criterio.
Desafío a las
hormonas adolescentes.
Entonces por qué se sentía como si alguien le hubiera dado
una patada en los huevos cuando su sonrisa se desvanecía y la tristeza
reemplazaba la alegría en su rostro? por qué lo lastimaba ver la incertidumbre
que él le causaba?
Soy un enfermo...
Esa era la única explicación razonable. Ninguna persona
normal y cuerda se preocuparía por no lastimar los sentimientos de una mujer
enviada a matarlo.
Excepto por Nick Tontito Anormal Gautier.
Y aun así, durante todo este tiempo, ella había sabido que
su misión en St. Richards era terminar con su vida.
¿Acaso no es una montaña de mierda? Le juro mi lealtad
eterna y ella jura cortarlme la cabeza.
¿Por qué le sorprendía?
Porque a pesar del hecho de que era mitad demonio, quería
creer en la bondad de los demás. Que en el fondo la gente era decente. Incluso
la gente que no era humana.
Y mientras su mirada se fundía con la de ella, ya no vio el
salón de química ni a ninguno de sus compañeros. Todo se desvaneció de su vista
excepto Nekoda. Ella se veía tan dulce e inocente. Justo como cualquier otra
adolescente hermosa. Nadie adivinaría que ella era cualquier cosa menos normal.
Lo mismo con Caleb. Con su cabello y sus ojos oscuros, y con
su contextura y rasgos perfectos, Caleb era un todo un chico rico americano. No
tenía ningún parecdo con el demonio alado que en realidad era.
Incluso Nick se venía normal en el exterior. Bueno, excepto
por la horrible camisa hawaiana que su madre le había hecho usar a base de
culpa. Lo único bueno de usarla era que era conocida por cegar a algunos de sus
enemigos enviados a terminar con su existencia. O hacerlos reir tanto que le
daría una oportunidad de acertar un golpe antes de que lo mataran.
Y además era un repelente de demonios femeninos fenomenal. Y
de mujeres también.
Pero Nick era cualquier cosa menos normal.
Sé lo que soy. Esa no era la pregunta. Él, al igual que
Caleb, eran descendientes de demonio, nacidos y criados.
La especie de Nekoda era la que estaba en cuestión.
¿Quién sois?
No. ¿Qué sois?
Él le había hecho esa pregunta muchas veces. Y por cada vez
que la hacía, ella se rehusaba a contestar, y ahora sabía por qué.
Lo que significaba que ella podía ser humana, diosa,
demonio, chupa-almas, metamorfa, guardia sobrenatural... había tantas criaturas
que había estudiado durante el último año que ni siquiera podía comenzar a
adivinar sus orígenes.
Por lo que sabía, era una caníbal fría y come corazones. Eso
al menos explicaría el dolor profundo y amargo que sentía en el medio de su
corazón.
"¿Planea tomar asiento en un futuro cercano, Sr.
Gautier? ¿ O debo comenzar la clase mientras usted mira al infinito con la boca
abierta en el medio del salón? Sus compañeros se rieron.
Nick dio vuelta la cabeza para mirar mal a la muerte. La
famosa parca estaba parada al lado del pizarrón, donde había escrito su nombre.
"Señor Tumbas."
Estás demente, Grim. Totalmente.
Pero solamente Nick podía ver la verdadera forma de Grim. Un
apuesto hombre rubio en sus veinte. Incluso podía ver la guadaña de Grim que
estaba asegurada con una tira de cuero que le cruzaba la espalda. Para el resto
de los ocupantes del salón, incluyendo a Nekoda y a Caleb, Grim parecía un
hombre de unos cuarenta años, petiso y bastante común, vestido con un traje
marrón barato.
Seh...
Nick se reiría, pero la muerte podría tomarlo como un
desafío personal y decidir ayudar a Kody a matarlo. Aun así, Nick no podía
hacerse a la idea de Grim en el medio del salón.
Era un día triste cuando la muerte no tenía nada mejor que
hacer que hacerse pasar por un profesor suplente de química.
No, no era así de fácil. Alguien en esta habitación estaba a
punto de morir y Grim estaba en este lugar para jugar con su víctima. Nick
podía sentirlo con cada parte de su ser inhumano.
¿Pero quién?
Sabiendo que no tendría una respuesta hoy, le sonrió a la
muerte, lo cual probablemente no era la mejor idea. Pero jamás dejaría que su
sentido común frenara a su estupidez. "Por favor, comience con la
clase.... Sr. Tumbas. Lo último que querría es interponerme en su
trabajo."
La muerte le dedicó una media sonrisa. "Chico listo.
Sabía que se le podía enseñar."
Nick notó la indirecta siniestra y la referencial al hecho
de que Grim había sido su tutor durante este último año. El espectro le había
enseñado muchas cosas interesantes, pero esos poderes tenían un mal hábito de
volverse en su contra. Por esa razón Grim pensaba que era denso y estúpido.
Pero él no era nada de eso. Él era rápido y notaba cosas que el resto de la
gente pasaba por alto.
Incluyendo el hecho de que Grim tenía sus propios planes
respecto a Nick. Definitivamente no era su tutor por la bondad en su corazón
negro.
Nick todavía tenía que descrubrir la verdad sobre lo que
motivaba las acciones de Grim, pero lo descrubriría a su tiempo.
Aun así, la información sobre Nekoda lo desequilibraba. ¿Le
creía a Grim? Especialmente sabiendo que Grim era un agitador. Grim podía estar
mintiendo solo para causar problemas.
Confiá en ella más que en la muerte. Ella había peleado a su
lado infinitas veces y había salvado su vida. Y aun así...escuchaba la voz de
Ambrose en su cabeza advirtiéndole que todavía tenía que pasar por las
traiciones que algún día causarían su muerte.
Y la de su madre.
Con ese pensamiento causándole náuseas, Nick se sentó entre
Nekoda y Caleb.
Nekoda se estiró para tocar su mano. "¿Estás
bien?"
Nick deslizó su mano lejos de la de ella. "Si, claro.
¿Por qué no estaría bien?" Abrió su mochila para sacar los libros que
necesitaba para esta clase, pero se detuvo al verla fruncir el ceño por el
rabillo del ojo.
¿Me vas a saltar a la yugular un dia de estos, Kody?
¿Después de haber pasado tantas cosas juntos? Esa era la pregunta que quería
hacerle. Pero no había necesidad de meterse en este tema mientras estaban en
clase. La reputación que tenía en la escuela era tan mala que tendría que usar
un tractor lleno de dinamita para llegar aun más bajo. Lo último que necesitaba
era acusar públicamente a su novia de ser un demonio maligno enviado a terminar
con su vida.
Ya es suficientemente malo que piensen que soy un criminal y
una basura. No hay necesidad de hacerles pensar que también estoy loco.
Él abrió su libro y trató de concentrarse en las palabras
que habían perdido todo sentido. Deberías dejar la escuela y olvidarte de toda
esta mierda. No era como si la escuela pudiera enseñarle algo que fuera a
necesitar en la vida real. Definitivamente no le iba a enseñar como sobrevivir
a los predadores que seguían viniendo por él. Cómo evitar todas las trampas
sobrenaturales que lo esperaban...
Nick apretó el puño mientras lo asaltaba un terrible deseo
de decirle al director dónde meterse esta currícula inservible.
No puedo hacer eso.
Le rompería el corazón a su madre. Y sería marcado como un
perdedor por todos... y también por sí mismo.
Si Caleb podía sufrir las indignaciones, molestias, y
aburrimiento de la escuela secundaria quejándose una o dos veces por hora, él
también podía hacerlo. Y, a diferencia de Caleb, no había vivido la historia y
las lecciones que le estaban enseñando ahora. Para Nick, la mayoría de estas
cosas eran nuevas.
¿Qué pasa Nick? ¿Por qué de repente estás enojado conmigo?
Él miró de reojo a Nekoda quien le había enviado la pregunta
telepáticamente. Había pensado en no responderle, pero ella era la única que
podía escucharlo por este medio.
¿Quién sois, Kody? Esta vez no era una pregunta, él le
demandaba una respuesta.
Ella desvió la mirada. Sabes que no puedo decírtelo.
Si, puedes. Solo que
no querés hacerlo y ese es el problema.
Ella suspiró cansada. ¿Por qué volveis otra vez al mismo
tema?
Porque hace unos minutos me enteré de la verdad. Estás acá
para matarme.
Se puso blanca como una hoja, confirmando la predicción de
Grim respecto a ella.
La rabia lo atravesó tan rápido y furiosamente que podía
saborearla. ¿Acaso vas a negarlo?
Ella dudó antes de contestar. ¿Qué quieres que te diga?
Quiero la verdad, Kody.
Los ojos se le llenaron de lágrimas y desvió la mirada lejos
de él. Durante un momento se sintió mal por causarle dolor, y luego se sintió
estúpido por esa emoción. Qué clase de idiota se preocupaba por hacer sentir
mal a la persona que había sido enviada para terminar con su vida?
Nick Gautier. Idiota. Tonto. Mal vestido. Perdedor de
primera. Kody volvió a tocar su mano. La única verdad que debería importarte es
que me importas. Mucho.
Mucho. Sí, claro. ¿Qué clase de chamuyo era ese? Iba cabeza
a cabeza con "Tiene una gran personalidad" o, mejor aun, "mejor
seamos solo amigos."
Nick entrecerró los
ojos, tratando de ver la verdad en sus emociones. ¿Realmente sentía algo por él
o era solo una buena actriz?
Estás acá para
matarme... ¿Si o no?
Ella retiró su mano. No es tan simple.
Él la miró con la boca abierta. ¿Lo decía en serio?
"¿Qué podría ser más simple que eso?"
Cada cabeza en el salón se dio vuelta para mirarlo. Nick
sintió como se le encendía la cara. Ah sí, como si la pubertad no fuera lo
suficientemente embarazosa. Ahora también gritaba en el medio de la clase sin
razón aparente.
"¿Estás canalizando espíritus otra vez Gautier?"
Stone Blackmore - Jefe de los idiotas deportistas- preguntó.
"Nah," dijo Mason, el mejor amigo de Stone.
"Probablemente es algún tipo de desorden mental, como Tourette de los
barrios bajos."
Todos se rieron a carcajadas.
Avergonzado y enojado, Nick taladró con la mirada al ente no
pensante que bien llebava el nombre de Stone, porque era tan inteligente como
una piedra cualquiera... sin ofender a las piedras.
Grim arqueó la ceja. "¿Está usted en el medio de algún problema
personal? ¿Debería darle un pase para ir al consejero?"
Nick tuvo que
tragarse las ganas de responderle a su mentor con un insulto, pero solamente un
tonto hacía enojar a la muerte. Y si había algo que Nick había aprendido
durante el último año era que la muerte no tenía sentido del humor, y
especialmente cuando él era el remate de la broma.
"No, fue un espasmo momentáneo de mandíbula."
"Entonces le sugiero que trate de controlar sus
funciones corporales en un futuro." La muerte se dio vuelta hacia el
pizarrón.
Nick apretó los dientes. Este no era ni el momento ni el
lugar para esto y él lo sabía. Nunca había sido fanático del drama, después de
todo. Hablemos de esto más tarde.
Kody se paralizó. Bien. No quiero volver a hablar de esto.
Claro que no. Justo él había encontrado a la única mujer en
el universo que no quería hablar sobre sus sentimientos o su relación. La única
que quería dejas las cosas como estaban y mantener el status quo.
¿Estás bien?
Suspirando, Nick le asintió a Caleb. Si no dejaban de
hablarle mentalmente, pronto iba a parecer que estaba loco.
Peor, Caleb se estiró hacia adelante y miró a Kody
intensamente.
Genial. Ahora ellos dos estaban hablando mentalmente y él no
podía escucharlos.
Nick pasó su mano por su cabello mientras daba rienda suelta
a su ira. Era tan fiera, que le hacía zumbar los oidos. Durante las últimas
semanas había notado que era cada vez más rápido para enojarse. Aunque siempre
le había costado manejar su mal carácter. Demasiado rápido para enojarse,
demasiado lento para calmarse. Esa era la razón por la que trataba de relajarse
y dejar que las cosas le resbalaran. La razón por la que intentaba que las
cosas no le importaran demasiado.
Aun así, de un tiempo a esta parte, incluso las cosas más
pequeñas lo irritaban.
¿Sería el demonio que ganaba fuerza? Su futuro yo, Ambrose,
le había advertido más de una vez sobre dejar que su caracter lo gobernara.
Normalmente era Kody quien lo calmaba cuando tenía estos cambios de humor.
Si... hoy no. Hoy, la sola mención de su nombre le prendía
fuego a su furia. Se sentía al límite y más cerca de perder la calma de lo que
jamás había estado. Excepto por aquellas veces en las que verdaderamente había
perdido la calma.
Vamos, clase, termina de una vez. Realmente necesito un
recreo.
¿Por qué no podía tener el poder de la manipulación
espacio-tiempo? Según le había dicho Ambrose ese era el único poder que nunca
poseería. Salvo que lo robara de alguien más.
Por supuesto, tenía el poder de la persuación. Ese era el
único que le funcionaba la mayoría del tiempo... pero no con la muerte. Maldito
seas por enseñar esta clase.
Se sentía como una tortura, y no precisamente como la usual
tortura mi-clase-es-demasiado-larga a la que estaba acostumbrado.
"¿Lo estoy aburriendo Sr. Gautier?"
Nick parpadeó al darse cuenta de que Grim le estaba
hablando. Eligió ignorar las risas y los comentarios incidiosos de sus
compañeros que se divertían tan fácilmente, como la mayoría de las criaturas
que no pensaban, por su falta de atención. "¿Disculpe?"
"Estábamos repasando la tabla periódica. Le pregunté,
con esta cuatro veces, qué es r-u y a qué categoría pertecene y cuál es su peso
atómico."
Como si lo supiera. ¿Quién en su sano juicio...?
El pensamiento se esfumó mientras la respuesta surgió en su
mente. "Ruthenium. Es un mental de transición poco común. El número
atómico es 44 y su peso 101,07. Se derrite a los 2334 grados celcius y 4233
fahrenheit y tiene un punto de ebullición
de 7502 grados fahrenheit. ¿Algo más que quiera saber sobre ese
elemento?"
Esperen... ¿acaso entendía algo de todo eso?
Curiosamente, si.
¿Pero cómo? ¿Sería otro poder que iba y venía, y nunca
funcionaría correctamente?
Grim asintió con una molesta luz de respeto en sus ojos.
"Así que puede aprender por ósmosis."
Esa era una teoría. Porque no había otra forma de explicar
cómo sabía algo que no podía recordar haber visto jamás. Tenía que habérsele
metido por la piel mientras dormía sobre su libro de química. Eso tenía sentido
para él. "Aparentemente."
"Siempre supe que eras un bicho raro, Gautier,"
Stone susurró.
El temperamento de Nick explotó.
Y también lo hizo Stone. Un segundo se estaba burlando de Nick
y al siguiente su camisa se prendió fuego. Nick saltó sorprendido al igual que
Caleb y el resto de la clase. Algunas de las chicas gritaron y corrieron hacia
la puerta mientras Grim se mantuvo al margen con un brillo malévolo de
esperanza en sus ojos muertos.
Brynna Addams agarró el extinguidor de la pared y trató de
usarlo.
Nick corrió hacia ella y le extendió la mano para que ella
se lo pasara. Dada la inclinación que tenía su viejo horno a causar una
combustión espontánea cada vez que lo usaban, Nick tenía mucha experiencia con
ellos.
Brynna se lo dio sin preguntar.
Nick rápidamente se movió hacia donde estaba Stone y lo
roció con todo lo que había. Humo blanco llenó la habitación, y no fue hasta
que el fuego se extinguió que Nick se dio cuenta de lo equivocado que había
estado en el pasado.
Creo que en verdad apagaría el fuego si te estuvieras
quemando, Stone.
¿Quién lo habría adivinado?
Traducción de Mariana Agnelli para Rito de Sangre
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