Qhuinn era vagamente consciente de que su pecho se bombeaba arriba y abajo y de que sus manos se habían convertido en puños...
—¡Detente, joder! —gritó mientras golpeaba el salpicadero lo suficientemente fuerte como para mandar volando uno de los orificios de ventilación.
La plataforma se sacudió y los frenos chirriaron cuando la velocidad se redujo. Pero Qhuinn salió de allí. Desmaterializándose, escapó a través de la rendija de la ventana... junto con la exhalación de Blay.
Gracias a Daggher por la traducción
puedes enviarme el link de descarga de esta serie? me gustaria leerla
ResponderEliminarTe he mandado un correo, que disfrutes de la lectura.
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